«Inapicable y obsoleta la ley de responsabilidades de los servidores públicos del Estado y Municipios de Oaxaca contra los corruptos».
LECCIONES CONSTITUCIONALES
MARCO ANTONIO BAÑOS AVENDAÑO
En nuestro sistema jurídico oaxaqueño, determinar las responsabilidades de los servidores públicos salientes, es todo un reto, ya no puede existir más simulación a la aplicabilidad de esta normativa que debe ser aplicada a quien haya defraudado, desviado los fondos públicos del Estado en beneficio personal.
Esta Ley de Responsabilidades, debe ser modificada para efectos de determinar correctamente el daño patrimonial al estado, el nuevo gobierno debe de incluir figuras jurídicas nuevas para evitar el desfalco a la hacienda pública estatal y municipal.
Resulta relevante la aplicabilidad de las normas relativas a la llamada “transparencia” desde el inicio de las gestiones gubernamentales, quienes deban dinero público a la hacienda pública o al patrimonio estatal o municipal, deben pagar con su patrimonio lo desfalcado, el Congreso del Estado, también debe actuar en este renglón pendiente para los oaxaqueños.
No se puede concebir la sola idea de los malos servicios de salud a las mujeres de Oaxaca, no se puede concebir desfalcos supermillonarios en la hacienda del Estado, sin que los poderes estatales se queden de brazos cruzados, la Ley tiene por objeto reglamentar el Título Quinto de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Oaxaca, en materia de los sujetos de responsabilidad en el servicio público estatal y municipal; las obligaciones en dicho servicio público; las responsabilidades y sus sanciones tanto las de naturaleza administrativa disciplinaria y resarcitoria, como las que se deban resolver mediante juicio político; las autoridades competentes y los procedimientos para aplicar las sanciones a que se refiere esta Ley; las autoridades competentes y los procedimientos para declarar la procedencia del enjuiciamiento penal de los servidores públicos que gozan de protección constitucional; y el registro patrimonial de los servidores públicos del Estado y de los Municipios.
Sin embargo, ninguna de estas responsabilidades de quienes han cometido severos actos de corrupción en nuestro Estado, se han dado a conocer públicamente, por lo que se puede afirmar que la entrega recepción de los cargos públicos, deben ser auditados correctamente, sancionados por quienes robaron la hacienda pública estatal y municipal.
Los oaxaqueños, no podemos seguir en este tipo de situaciones, en donde un gobierno como el saliente, dejó muchos problemas sociales, se evidenció la falta de capacidad y la falta de servicio en diversos rubros, por lo que, el discurso de los que querían servir, ya es inútil dado los fraudes cometidos al Estado de Oaxaca.
Son sujetos de esta Ley, toda persona que desempeñe un empleo, cargo o comisión de cualquier naturaleza en la Administración Pública Estatal o Municipal y en los Poderes Legislativo y Judicial del Estado, sea cual fuera la naturaleza de su nombramiento, designación o elección. También quedan sujetos a esta Ley, todas aquellas personas que manejen, recauden, apliquen, administren o resguarden recursos económicos estatales, municipales, concertados o convenidos por el Estado con la Federación o con sus Municipios.
Bien debiese existir, una Comisión de Transparencia Gubernamental que diera a conocer ejercicios anuales, inversiones millonarias en Municipios y en Entidades Gubernamentales, donaciones internacionales, dar a conocer paso a paso, las inversiones del gobierno en obra pública, servicios, gastos, donativos, impuestos, con todo el expediente para que los oaxaqueños, podamos saber a ciencia cierta, lo que se ejerce en el gobierno estatal y municipal y esta “Ley”, se cumpla a cabalidad.
Por otra parte, tendríamos que atender al criterio de publicidad de cada acto gubernamental, no se le puede encargar la responsabilidad de cuidar las arcas públicas del estado a quienes están decididos a robársela, a no dar cuentas claras, a quienes se prestan al desvío de recursos públicos.
Oaxaca es un estado grande, el Congreso del Estado, la Secretaría de la Contraloría, las demás dependencias del Ejecutivo del Estado en el ámbito de atribuciones que les otorga este ordenamiento, el Tribunal Superior de Justicia del Estado, los Ayuntamientos de los Municipios del Estado y los demás órganos que determinen las leyes, son las que aplican esta “Ley”, que a todas luces es obsoleta, no se ven resultados al manos en el gobierno saliente, los poderes del estado, deben incidir en castigar a los responsables.
Por otra parte, esta “Ley” señala que la comisión de delitos por parte de cualquier servidor público en el ejercicio de sus funciones o con motivo de éstas; así como los delitos del orden común serán perseguidos y sancionados en los términos de la Legislación Penal del Estado, sin embargo, nada de esto ha sucedido en los seis años de un gobierno saliente, que la verdad, fue de robos y escándalos.
Oaxaca tiene grandes posibilidades de cambiar la corrupción, sancionando a los responsables, se tiene que cambiar por un sistema de responsabilidades honesto, por un sistema y una Ley que se aplique y se salve la honestidad gubernamental.
El nuevo gobierno, tiene una gran responsabilidad, cuidar las arcas del estado, salvar los problemas de Oaxaca que han ido creciendo ante la ineptitud del saliente, cuidar las manos a quienes tengan recursos públicos, atender con un servicio de calidad a quienes han sido olvidados, atender los diversos problemas que tiene Oaxaca en sus regiones, fortalecer la seguridad pública, mejorar las condiciones de vida de los oaxaqueños, otorgar servicios de salud eficientes, mejorar más y mejor las normas destinadas a sancionar a servidores públicos y mejorar la entidad en todos los ámbitos que tenga en sus facultades de obrar bien.
Nos vendría muy bien un mega puente como el hecho en la Ciudad de Puebla, una super carretera a la costa oaxaqueña, generar más bienes y servicios, hacer de Oaxaca una Ciudad Colonial, en entero compromiso de hacer Ciudades Mágicas, pero todo esto será un sueño, mientras estemos en la realidad que ha sido sexenalmente una pesadilla.