“DERECHOS HUMANOS Y MILITARES”
LECCIONES CONSTITUCIONALES
POR MARCO ANTONIO BAÑOS AVENDAÑO
Militarizar la democracia es un factor que el poder ha realizado en México, el militar es ante todo un servidor público y un facilitador de los derechos democráticos, debe cuidar los intereses del pueblo y de la ciudadanía en lo cívico. En los Estados de la República, las amenazas contra la democracia, el ejército debe contribuir a la estabilidad constitucional, debe proteger a las instituciones legalmente constituidas, guardar y cuidar el orden nacional, debe proteger a la sociedad, la infraestructura de las instituciones que conforman el estado y los recursos más valiosos del país, por ser patrimonio de los mexicanos.
El Ejercito Mexicano, debe cuidar su prestigio, debe cuidar su imagen institucional, tener la confianza de los ciudadanos, su credibilidad radica en sus acciones en favor de los mexicanos. SI los Derechos Humanos son un conjunto de instrumentos, normas, reglas y mecanismos que regulan y controlan las relaciones mutuas entre los individuos, los grupos, las comunidades, los pueblos, el estado y las Naciones, son el sustento de la verdadera democracia y se constituyen en los principios básicos que rigen la vida de las sociedades libres.
Todos los miembros de la sociedad humana tienen la obligación de respetar los derechos humanos, sin embargo en los gobiernos democráticos las autoridades tienen una mayor responsabilidad, pues en ellas el pueblo ha depositado su confianza para que defiendan la organización social y las instituciones creadas con el fin de mantenerlas y desarrollarlas.
El uso de la fuerza militar siempre se justifica cuando existe violencia contra la ciudadanía, los mexicanos siempre hemos creído casi a ciegas en el honor militar, la lucha contra el crimen organizado ya requiere en las Entidades Federativas la intervención militar, constitucionalizando los retenes militares, se regulariza en parte la situación de prevención de violencia, en la revisión de automóviles diversos, buscando armas de calibres diferentes, algunas armas se encuentran y otras son armas de uso reservados para el Ejercito, la Marina, o Fuerzas Armadas.
Los únicos que no dan parte constitucionalmente a la sociedad de sus actos, son los militares, su discrecionalidad, su secretismo, su intocabilidad legal, su superioridad armamentista frente a cualquier grupo, su funcionalidad al servicio de los Poderes del Estado, responde a la necesidad de preservar el orden constitucional y legal.
No se pueden tolerar actos de desobediencia y descontrol en los diferentes escalones del mando militar, de abuso de autoridad militar frente a civiles, por lo que se debe realizar un verdadero programa nacional conjuntamente con la población civil, en materia de capacitación e inducción a pertenecer a las fuerzas armadas mexicanas, en donde los jóvenes se integren a los diversos cuerpos del Ejército Nacional Mexicano, en el que se culturice con lecciones de Civismo, Historia, Geografía, los Servicios Militares han dejado de ser militares, el país tiene grandes riegos de violencia y parece ser que en los Estados de la República en donde el poder se ha salido de control, el Ejercito Mexicano debe hacer su aparición.
Actualmente la formación y capacitación Militar se ha ciudadanizado con el nuevo Concepto de Derechos Humanos, que el Soldado Mexicano esté al servicio de la sociedad y sea promotor del desarrollo humano integral, entrenándolo con parámetros muy claros de observancia irrestricta y respeto por los Derechos Humanos, el Derecho Internacional Humanitario y el cabal cumplimiento de la ley.
Por otra parte, la ciudadanía tiene derecho a saber que se hace con los civiles que ingresan a un plantel militar, a una Zona Militar, dado que son patrimonio nacional los lugares donde hay cuarteles militares, se debe permitir en todo momento la entrada de instituciones de Derechos Humanos a revisar su buen funcionamiento, prevenir maltratos indebidos o exacerbados, defender los derechos humanos, una disciplina militar debe permitir educar, instruir, desarrollar nuevas técnicas incluso de combate o defensa personal, tiro, lucha, natación, rapel, etc., siempre dentro del marco de la estricta disciplina sin abusar de los militares quienes estén al mando, sino de cuidar a sus elementos como lo más valioso del Ejercito Mexicano.
La protección, promoción y difusión de los derechos humanos de militares y de la población civil, debe ser una labor permanente, es un deber ético y una obligación jurídica indispensable, una obligación constitucional para el cabal cumplimiento de la misión constitucional que tienen los militares del país. No sabemos a ciencia cierta si los militares mexicanos tienen oficinas de derechos humanos, si tienen o no personal especializado en la materia, no sabemos si desarrollan cursos presénciales o a distancia sobre derechos humanos, o van a conferencias, seminarios y encuentros donde se expresen la disminución de las quejas sobre las violaciones que cometen o han cometido en el pasado.
Nosotros siempre que vemos a militares, pensamos en una conducta moral intachable, no sabemos de sus acciones más que cuando los vemos en acción, en la televisión o en medios de difusión, sin embargo, el militar ha representado una autoridad moral que es cuestionado en nuestro tiempo, no debemos confundir que son guardianes de la democracia, no de unas elecciones solamente, el Ejercito Mexicano debe ir fortaleciendo una cultura de paz y una ética de respeto permanente con la ciudadanía.
Nuestros jóvenes en el país, de los miles de NINIS, que ni estudian ni trabajan, deben conocer que es el Ejercito Mexicano como opción de desarrollo, la observancia de la disciplina y el honor, inculcando valores nacionales a los jóvenes.
Los militares en suma, deben acatar las reglas y aplicación de los instrumentos del Derecho Internacional Humanitario ya que se constituyen en un factor multiplicador del poder de combate, solo así se gana la confianza, la voluntad y el respaldo incondicional de las comunidades y por lo tanto se multiplica el poder y espacio de maniobra de los militares, colaborando con la sociedad civil, se logra su motivación y apoyo a los diferentes proyectos, a fin de que se convierta en el agente generador de paz, que rechace y denuncie a la vez a los violentos y a sus auxiliadores.
Si los militares no respetan la cultura de la denuncia ciudadana, por ejemplo permitir la entrada a sus Zonas Militares en busca de Civiles, (como en Ayotzinapa) si no permite la transparencia de sus actos y su disciplina encubre delitos, si no se presta a servir a la Constitución y solapa actos de poder fuera de la Constitución y sus reglas internas, si no permite que la denuncia y la sanción de sus infractores y de las conductas violatorias de los derechos humanos que han cometido sus militares, sean ejemplarmente castigadas, entonces, los militares no están haciendo su trabajo con limpieza, con ética y buena conducta militar, el honor está en entredicho y la superioridad armada mandara a sus anchas con abusos de autoridad en nuestro mal llamado régimen democrático.
El Ejercito Mexicano debe robustecer a protección a los miembros de las organizaciones defensoras de derechos humanos a quienes busca garantizar su seguridad y libre desempeño de su labor, no permitirles su trabajo es abuso de autoridad, es indispensable pues, la buena conducta y la ética militar, el recto proceder en todas sus actuaciones, desempeñándose de acuerdo a los citados principios inviolables, que buscan ante todo la igualdad en las relaciones, el buen trato sin discriminación alguna, el respeto por la dignidad humana, la equidad en la justicia, el bienestar y el progreso de ciudadano, la comunidad y la patria en que vivimos. Votemos porque siempre esté asegurada la convivencia pacífica y la vigencia de un orden constitucional justo. Nuestros militares necesitan credibilidad, fortalecer su legitimidad, ser ampliamente reconocidos por la sociedad por su calidad personal y profesional.