«Justicia divina justicia» Por Marco A. Baños

LECCIONES CONSTITUCIONALES

POR MARCO ANTONIO BAÑOS AVENDAÑO

“JUSTICIA DIVINA JUSTICIA”

Mas Jesús, llamándolos a su lado, dijo: “Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el reino de Dios.]”

De los casos de abusos a menores del Sacerdote Jesuita Marcial Maciel, lo sabía el Papa Karol Wojtila, y el posterior Josepth Ratzinger, Defensor de la Doctrina de la Fe, antes Santa Inquisición, el actual lucha, quiere prevenir y sancionar la pederastia, el abuso sexual a menores, la marca psicológica de un infierno, son huellas en el espíritu de muchos niños y niñas del mundo y de México han sufrido no sólo por una iglesia, sino de muchas iglesias u órdenes religiosas.

El Código Penal Federal cita en su Artículo 209 bis. Se aplicará de nueve a dieciocho años de prisión y de setecientos cincuenta a dos mil doscientos cincuenta días multa, a quien se aproveche de la confianza, subordinación o superioridad que tiene sobre un menor de dieciocho años, derivada de su parentesco en cualquier grado, tutela, curatela, guarda o custodia, relación docente, religiosa, laboral, médica, cultural, doméstica o de cualquier índole y ejecute, obligue, induzca o convenza a ejecutar cualquier acto sexual, con o sin su consentimiento.

La preocupación de saber que este es un delito grave, encubrir, ser tolerante con un delito, ser omiso en su denuncia o consentimiento, es también un delito.

La cultura de la denuncia obliga a las asociaciones religiosas a denunciar a los ministros de culto religioso que abusan sexualmente de niños, niñas y adolescentes, o de lo contrario pueden perder su registro.

Hay falta de credibilidad y decadencia de valores en las instituciones religiosas, principios rotos que considerábamos inviolables e irrompibles en materia religiosa,

Todo el tiempo de sufrimiento y falta de una cultura de denunciar, aunado a la omisión de autoridades que por mucho tiempo han solapado abusos, cometiéndose actos abominables contra inocentes.

La indignación llegó a las altas esferas de la Curia Romana, de las Iglesias de todo tipo, de las Asociaciones Religiosas, el Internet antes cosa del diablo, hoy es la garantía y los ojos de una sociedad que todo lo ve y lo juzga.

Sin embargo, acudir a litigar, por un delito sexual hasta el Estado Vaticano  resulta muy costoso, indigno y sufrido integrar un expediente, las instituciones de Procuración de Justicia Mexicana deben aplicar la norma y pedir castigo a muchos delincuentes tras el hábito o la sotana, la usurpación, la inmoralidad y la perversión han permeado la Iglesia de Cristo.

El verbo y el ejemplo maravilloso de Cristo ha sido violado, las sotanas son rojas no por la purpura de virtudes sino por la sangre de inocentes. Nuestras autoridades no deben tolerar a ningún delincuente, que se escude en vestimentas de oro o plata.

Las autoridades deben actuar con todo el rigor de la ley y se pague en consecuencia los crímenes cometidos. El fuero religioso no existe en nuestra Constitución, el escándalo es más doloroso si se piensa en las víctimas, los casos de abuso sexual  por parte de sacerdotes católicos en México contra menores de edad   han sido denunciados desde hace décadas.

Se debe castigar incluso la praxis del soborno, nadie quiere que los delitos prescriban una vez que la víctima cumpla los 18 años, nadie desea ministros con sotanas de pecados y delitos impunes.

Abrir paso a la justicia es abrir las puertas al compromiso de aplicar las normas a los casos concretos. Las Iglesias no son de quienes las representan, son de Cristo, o bien, ya son de los denunciantes anónimos, son de víctimas y de los que quisieron abrazar una religión verdadera y encontraron seducciones de otro tipo.

La Policía Federal debe seguir investigado los delitos de pornografía infantil y abuso sexual en templos, congregaciones, institutos, escuelas religiosas.

Dentro de casos de abuso sexual cometido por sacerdotes mexicanos es el de Nicolás Aguilar, sacerdote de Tehuacán Puebla quien ha sido acusado por realizar las conductas de abuso sexual en contra de 120 niños en México y en Estados Unidos, de igual manera se le acusa a Norberto Rivera por haber protegido y permitido abuso sexual en contra de 120 niños.

En 1994 en León Guanajuato, el “religioso” salesiano Juan Cárdenas, abusó sexualmente de varios menores, en la casa hogar “Niño Don Bosco”, según las investigaciones, el sacerdote se introducía  a los dormitorios de los infantes donde abusaba sexualmente de algunos de ellos.

El caso llego al entonces al obispo  de León (Rafael García González) y a la Procuraduría  de Derechos Humanos  de Guanajuato, sin embargo hicieron caso omiso a las acusaciones de abuso sexual en contra de menores. El juez, Jesús Luna Hernández, negó la orden de aprehensión argumentando que la averiguación previa estaba mal integrada, mientras tanto la Procuraduría de Derechos Humanos de Guanajuato emitió una recomendación.

Mientras tanto Cárdenas quedó en la impunidad, fue mandado a África en lo que el asunto quedaba archivado, tiempo después regresó a México, actualmente se encuentra en Tijuana. Datos del Departamento de Investigaciones Sobre Abusos Religiosos (ICM), tiene documentado el caso del apóstol Samuel Joaquín, dirigente mundial de la Iglesia “Luz del mundo”, de Guadalajara, acusado por el abuso sexual de cinco menores de edad del sexo femenino, sin embargo las denuncias no prosperaron ya que según los denunciantes fue protegido por la Procuraduría de Justicia de Jalisco.

En fín, nadie conoce los perfiles adecuados para estar en contacto con los niños, las togas de los jueces, hoy deben juzgar a las sotanas, los delincuentes protegidos por el silencio u ocultamiento de sus ministros superiores, deben pagar su cuota de justicia aquí, en la tierra, la credibilidad puede perderse en una Iglesia, más no la fe en quien amó a los niños, sin más interés que ver sus sonrisas, sin el aliento diabólico de quien les promete un paraíso o un infierno que no existe, para saciar sus instintos y cometer delitos que son además de pecados, verdaderos atentados de lesa humanidad a los derechos humanos de quienes son inocentes en nuestro mundo.

 

 

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