¿CIENCIA POLÍTICA Y POLÍTICA JURÍDICA PARA NUESTRA DEMOCRACIA?”
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LECCIONES CONSTITUCIONALESMARCO ANTONIO BAÑOS AVENDAÑO
La realidad política que vive nuestro Estado de Oaxaca, es de preparación a los trabajos de una Gubernatura, sin duda, se va a echar mano de representaciones sociales, de colgarse de actividades de gobierno, de obras públicas, de eventos organizados a ultranza de ganar votos ciudadanos, etc; sin embargo, los estudiosos de las Ciencias Políticas que abordan el estudio de los fundamentos teóricos e históricos de la Política con los métodos cuantitativos y cualitativos que las ciencias sociales requieren, harán encuestas ciudadanas, algunas virtuales usando el internet o el Twiter, las redes sociales, otras de propuesta ciudadana directa, incluso soportando el grito y la inconformidad de quienes no han obtenido nada de ningún político llegado al poder.
Las Ciencias Políticas contemplan el estudio de la Historia Política, a la Teoría Política, las relaciones internacionales y las instituciones de Gobierno, para Oaxaca habrá miles de propuestas ciudadanas, muchas de ellas repetidas y otras congeladas porque no se harán realidad.
Los políticos deben coincidir en estrategias de partidos, los estrategas de la mercadotecnia política deben saber con exactitud las preferencias hasta psicológicas de quienes llegarán al poder.
Las múltiples manifestaciones públicas, con personajes de la vida política, en cafés, en restaurantes, en comidas selectas, en reuniones populares, abrazando a miles de ciudadanos que nunca más abrazarán, constituyen actos de política que conllevan a una simpatía, construyéndose la imagen pública, el discurso hace el resto de la persona.
Sin embargo, muchos discursos políticos, son reiterativos, no tienen fondo, no tienen propuesta, no contienen la nueva realidad que vive Oaxaca, por tanto, debe un candidato saberse útil, con la propuesta que convenza a los desilusionados y a los inconformes.
Por otra parte, no existe Política jurídica, es decir, diversas instrumentaciones que deben conocer los políticos, aplicarla como ejercicio, es decir, no existe el sano ejercicio de «política jurídica», caracterizado no sólo por la evaluación de las normas vigentes en ese momento a partir del «Diagnóstico» realizado por un Partido Político, saber con exactitud la estimación de las fortalezas y debilidades de las instituciones responsables de la aplicación de reformas constitucionales y legales, de lo que hace falta en las instituciones para robustecerlas.
En Oaxaca existe una constante experimentación de la política, no hay un modelo de hacer política, posicionarse en la política entraña popularmente el gastar dinero, no existe una ingeniería política alrededor de líderes y representantes populares.
Hacer política es generar la sana deliberación y discusión del posible impacto en la entidad, de propuestas, de respuestas de las acaloradas discusiones obtenidas en foros y debates públicos.
La política Jurídica debe considerarse un ejercicio amplio del constitucionalismo en la democracia, no existe investigación de instituciones para mejorar el estado de cosas en la democracia, no existe este renglón ni en los Partidos Políticos ni en el Instituto Nacional Electoral para capacitar a los ciudadanos.
La pregunta obligada es ¿Necesitamos Ciencias Políticas y Política Jurídica para nuestra Democracia?, ¿Seguiremos con las viejas estrategias políticas para ver a vencedores y vencidos, unos posicionados con sus familias en el poder y otros como eternos reclamadores de una elección no ganada en donde dieron hasta su patrimonio? Las viejas prácticas políticas ya no convencen a la ciudadanía.
Cada vez se deben mejorar las estrategias de los Partidos Políticos, no se cree en ellos, no se va a una reunión más que para sacar algo a quienes van, una torta o friko, se argumentaba hace algunos años, por lo que la sociedad está cada vez más despierta, no se puede vender el voto ciudadano por unos billetes, so pena de cometer un Delito Electoral, de los cuales jamás y nunca da cuenta esa Fiscalía en la materia de Delitos Electorales a la sociedad.
Cada vez que surge una figura individual o persona moral al escenario público, se da cuenta la sociedad de donde proviene, de que grupo político es originario, quien o quienes los protegen, si tienen o no familiaridad con algún otro actor político, si tienen bienes, negocios, si crecen día a día o no, la sociedad se da cuenta de todo esto, quienes ignoren que son observados por el pueblo, cometen ya un error en la política.
Algunos actores políticos cometen la tragedia de anunciar una candidatura debiendo millonadas de dinero, después de haber tenido una representación popular o por designación como una Secretaria. Otros más provenientes del Sector Empresarial, piensan ganar una elección cobrando más por un servicio público que por cierto es de mala calidad, como el pasaje de autobuses, otros más quieren vender la idea de popularidad ante el ejercicio de su administración sin ganarse al pueblo. Otros confían en ser los benditos señalados por quienes tienen el poder. Otros más confían en vender ideales a los soñadores.
La estrategia de venta de espejuelos de todo tipo, a los nuevos ciudadanos que apenas cumplen 18 años ya está en marcha, lo que se pretende a toda costa es obtener el voto joven, el voto comprometido, el voto popular, el voto de la mayoría, el voto sin competencia, el voto femenino, el voto del ama de casa, del empresario, del joven, del populista, del vendedor, etc…Los Partidos Políticos ya hacen sus estrategias.
¿Se debe pues, usar Ciencia Política o las mismas estrategias en nuestra Democracia hacia la Gubernatura? Existe cansancio de mal gobierno, o nulo compromiso, de mal experimentos democráticos, experiencias de malos administradores y servidores públicos que fueron pobres y son ricos de la noche a la mañana, que construyen sus patrimonios antes que cualquier cosa, esta es la política en Oaxaca, al menos, la que se visualiza sin un panorama claro de posicionamientos serios, de compromiso vital para los ciudadanos y de ejercicio claro de sus actividades, pero no usando el servicio público al cual fueron designados para servir y no para servirse del poder.