Las campañas salen caras y sin dinero pierdes…

Oaxaca, Oax. 2 de abril de 2016.

EN COMENTO…

Othón Sibaja Suárez

 

 

Contender en una elección cuesta dinero y las campañas electorales son cada día más caras para los candidatos. Porque siendo honestos los topes máximos de campaña aprobados por el consejo general del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO) es una falacia, pues desafortunadamente el voto se volvió un negocio para todos.

Para una cruzada electoral, hay que contar con fondos para establecer una oficina de campaña, contratar personal, transmitir el mensaje de campaña con simpatizantes o afines al proyecto del candidato, pero que también necesitan movilización y viáticos, y el candidato debe viajar y conocer a los electores y hacer compromisos y acuerdos con los diferentes actores políticos y sociales que al final le darán el voto de confianza en las urnas y así poder ganar en su momento. A pesar del control que hay ya en el tema, no deja de ser uno de los factores principales en el aumento en el costo de las campañas, la creciente dependencia del uso de publicidad en los medios masivos de comunicación.

Puesto que las elecciones son tan caras y quien diga lo contrario no sabe del tema, y dado que los estudios sugieren que los ganadores son quienes gastan la mayor cantidad de dinero, los partidos políticos y los candidatos pueden verse obligados a dedicar muchos esfuerzos para poder eludir la fiscalización electoral, para lograr el tan anhelado objetivo. La forma en que se financian las campañas y lo que los candidatos y partidos políticos tienen que hacer y deshacer para que llegue ese dinero a quienes le deben llegar es toda una proeza, ya que puede ser fuente de muchos problemas de integridad y sobre todo de muchos problemas legales.

En favor de no caer en delitos electorales, las organizaciones políticas apuestan cada vez más por las redes sociales para comunicarse con los electores, frente a las grandes inversiones de hace algunos años en publicidad para vallas, medios electrónicos y escritos, marquesinas y luminosos.

Pero a pesar de todos los topes de campaña o fiscalizaciones por parte de las autoridades electorales, es un hecho que los candidatos gastaran una fortuna para poder ganar la elección este cinco de junio próximo; y ejemplo de esto es la entrega de despensas la cual en estados como el nuestro cuesta alrededor de 100 pesos, en tanto que en la capital del país puede alcanzar los 800 pesos. Y no es para espantarse ni mucho menos pero es una práctica común de todos los partidos políticos y de los candidatos independientes también, aunque se quieran dar baños de pureza, si es que quieren ganar, igualmente deben gastar.

Otros ejemplos de gastos que hacen son con un operador político que recibe, aproximadamente, entre 1500 y 5,000 pesos semanales. La consultoría tiene un costo de entre 3,000 y 400,000 pesos, según el cargo. Es decir, sitio web, redes sociales, diseño de imagen, etcétera. Además, existen gastos que se costean a través de “la caja chica”, como son: el apoyo de los líderes de opinión de la población donde el candidato contienda, como líderes religiosos, periodistas, líderes sindicales; los padrinazgos de fiestas de quince años y bodas; los apoyos sociales como becas, medicinas y materiales de construcción, entre otros. La cifra exacta es difícil de calcular, pero se sabe que un candidato a gobernador puede gastar millones de pesos en este rubro y los candidatos a diputados locales o a alcaldes también. Así que vienen gastos “necesarios” que muchos aprovechan y otros deben hacer para poder ganar, y que al final de cuentas como dije es una disimulo lo de los topes de campaña pues sin duda habrá un clientelismo electoral. Pero como siempre amigo lector, usted tiene la última palabra al respecto.

 

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