Advocatus. ¡Feliz día del Abogado!


LECCIONES CONSTITUCIONALES

ADVOCATUS

¡FELICIDADES POR EL DÍA DEL ABOGADO!


Por MARCO ANTONIO BAÑOS AVENDAÑO

¿Qué es un ABOGADO? Una persona que trabaja en un despacho profesional a la defensa de intereses jurídicos ajenos, es considerado un profesional del derecho que aconseja jurídicamente, tanto en forma preventiva como para solucionar conflictos, defender intereses.

La profesión de la abogacía, “ad vocatus”, que en latín significa: llamar, abogar, es decir, se distinguía en Roma a la persona que tenía el enorme caudal de conocimiento y como tal, podía defender a otra persona en los tribunales o ante el senado, un abogado jurista además, se especializa en una rama del derecho, debe ser realista del tiempo y forma en que se desarrolla el mundo en que vive, la civilización, sus cambios, las normas y sus diferentes formas de evolución.

Un Licenciado en Derecho, no precisamente es un Abogado, un Burócrata con título profesional, no precisamente es un Abogado, ser un Abogado es desarrollar la profesión de la abogacía, de la defensa de intereses colectivos, de intereses individuales, defender una persona en su dignidad humana y derechos humanos reconocidos por el derecho.

Un Abogado defiende casos concretos en forma jurídica, el ejercicio de esta noble función por quien no es abogado es Intrusismo (Delito que existe en otras partes del mundo), es pues, una cualidad amparada por la Ley de Profesiones en México.

La defensa procurada por un Abogado, debe ser mediante consejos jurídicos, asesoramiento judicial y extrajudicial, actuación ante los tribunales establecidos, no es mejor abogado quien más sentencias favorables consigue, sino quien más procesos evita, con sabios y prácticos consejos, aunado a un recto asesoramiento.

El Advocatus, el Abogado debe de estar siempre estudiando, es consejero de familias, de particulares, de colectividades, es investigador de ciencias jurídicas, históricas y filosóficas, es un apóstol de las Ciencias Jurídicas, de la humanidad que cree en la Justicia, prevee lo previsible, debe ver jurídicamente más allá del común de los problemas que afronta y debe procurar que exista paz y justicia, aplicando el derecho en todas sus manifestaciones.

La actividad del Abogado no puede estar limitada, no está sujeta a un Arancel, es decir están libremente fijados a un Arancel, por ello el honorario, se fija en “honor” a su trabajo desarrollado en cualquier asunto jurídico que conoce de buena fe.

Fue un 12 de julio de 1539, cuando se establecieron en la Nueva España las primeras cátedras para la enseñanza del Derecho y se dictaron las primeras Ordenanzas de Buen Gobierno, Carlos V, por cédula expedida el 21 de septiembre de 1551, ordenara el establecimiento de un estudio de universidad de las ciencias, inaugurándose en consecuencia la Real y Pontificia Universidad de México el 25 de enero de 1553.

El 12 de julio de 1553 Bartolomé de Frías y Albornoz leyó la Prima de Leyes; así se ubica este día como la fecha de la primera cátedra de Derecho en América Latina; y junto a Francisco Cervantes de Salazar; impartieron la primera cátedra de derecho, en el Continente Americano, es por ello que en esta fecha, se celebra EL DÍA DEL ABOGADO;

  La función o el servicio de asesorar, aconsejar, ayudar, auxiliar, defender, combatir, actuar a nombre de otro con responsabilidad, respeto, honorabilidad, lealtad, discreción, respetabilidad, prudencia, franqueza, amor al derecho y pasión por la justicia, sólo podrá ser del abogado, que no deja de ser aquella persona que ejerce digna y acertadamente su profesión.

La soberbia o la vanidad no deben existir en el Abogado, debe ser recto de conciencia, ético, luchador e hijo de la justicia, el sagrado derecho es para el Abogado un mandato, la jurisprudencia es la ciencia del derecho que marca el horizonte de su pensar y el jurista es el hombre culto que sobre la ciencia del derecho construye ideas, alegatos, raciocinio en torno a las bondades del derecho que va aplicando.

Jurista es quien no sólo conserva con honor el grado académico de Licenciado en Derecho, es quien promueve su actividad de Despacho con honor, con justicia, con libertad, los axiomas o principios de su vida, deben ser la ética, el desarrollo, el progreso aunado a la dignidad de la persona humana en su discurso diario.

Grandes juristas han dado grandes ideales para la justicia, para el derecho, para las instituciones, como no recordar al maestro y autor del libro “La Suspensión del Acto Reclamado” el connotado Dr. Gilberto Lievana Palma, que nos ilustraba sobre la función social del abogado en los talleres de Amparo, otrora maestro del ilustre Dr. Ignacio Burgoa Orihuela y de los alumnos que han llevado el buen nombre de un jurista, de un abogado del pueblo, a ser luminaria para el Poder Judicial Federal del que había pertenecido, para después adentrarse al ejercicio de la abogacía y de la cátedra universitaria.

 

Los Juristas o abogados, no pueden considerarse burócratas, tampoco los jueces pueden aludir que son abogados, la función de jurisconsulto o Juez, es una dignidad de impartir justicia, la del abogado, de defender un derecho para alcanzar esa justicia que se desea por las partes.

 

El camino del Abogado está lleno de expectativas, debe siempre ser defensor de la justicia, de la dignidad humana que siempre debe estudiar en todas las formas posibles que se encuentre en el camino de su profesión, darse a un expediente en función de poner todas sus capacidades y técnicas, es procurar alcanzar el convencimiento ante un Juez, de que la verdad es como la prueba.

 

Por tanto, felicidades a los Abogados, a los Advocatus, a quienes defienden los Derechos Humanos, a los que ilustran cotidianamente el camino del derecho a Jueces, a operadores del derecho, Felicidades a quienes hacen de la Abogacía la más noble de las profesiones y no el más víl de los oficios, por parte de los Colegiados en Derecho, también felicitamos a quienes por la prensa libre, hacen un ejercicio de la abogacía periodística, su valentía, su honor, su mejor prestigio lo es la verdad, por ello, hoy el honor compartido con la prensa libre, del ejercicio de la Abogacía.

 

Repetiremos Abogados y Abogadas, un postulado universal que el Dr. en Derecho Ignacio Burgoa Orihuela nos legó a los Abogados: “JUS SUB DEO ET SUPER OMNIA» «EL DERECHO BAJO DIOS Y SOBRE TODO”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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