«Transparencia Presidencial»
LECCIONES CONSTITUCIONALES
MARCO ANTONIO BAÑOS AVENDAÑO
“TRANSPARENCIA PRESIDENCIAL”
Uno de los máximos exponentes del Juicio Constitucional del Amparo es el Dr. Ignacio Burgoa Orihuela, un gran abogado que denunció al entonces ex Presidente José López Portillo, que siendo Presidente de México solicitó préstamos al extranjero, por cantidades millonarias de las que todavía tenemos deuda externa.
El Maestro Orihuela, jamás tuvo guardias personales, tampoco gozó de fueros o bien de protección gubernamental, un hombre honorable que denunció al Presidente de la República ante la PGR, siendo delegado e Dr. Sergio García Ramírez, presentó y ratificó una denuncia por el delito de traición a la patria ya que dicho expresidente endeudó excesivamente al país, otorgando en aval “moral” los recientes descubiertos inmensos yacimientos de petróleo pertenecientes a la nación.
La crisis económica iniciaba en el País, un México endeudado, traicionado por su Presidente, ya en el México endeudado, sobre endeudado por cada sexenio, ni siquiera existía la política pública de transparencia gubernamental.
Dependemos del petróleo, del turismo, de ingresos del comercio, de las artesanías, del producto del campo, de la mano de obra.
Ignacio Anaya Barriguete, cita al respecto a la Denuncia del Dr. Ignacio Burgoa Orihuela: “…Pasaron las semanas, los meses, y aquella denuncia no prosperó. Quedó estancada, detenida, “congelada”. Ninguna indagatoria se realizó. En tanto, el ex presidente mexicano jamás fue llamado a declarar. Un solo informe al Congreso de la Unión no se solicitó. Ignacio Burgoa Orihuela exigió respuestas; no le fueron dadas. En su perjuicio ?y por añadidura, en el de todos los mexicanos? se violó flagrantemente la Constitución, pues simplemente no se respetó su derecho de petición al no otorgársele respuesta por escrito a su solicitud, tal como lo establece el artículo Octavo Constitucional….”
Cabe destacar que dicho expediente jamás prosperó, el encubrimiento gubernamental de este tipo de denuncias ciudadanas, no se les dá trámite, vivimos un Presidencialismo burocrático, al los que gubernamentalmente dominan o tienen el poder, no se les ha podido sancionar por responsabilidades ni corruptelas, los organismos gubernamentales de Transparencia, sirven al poder en turno, las Procuradurías también, los sistemas de Justicia, igual, entonces, después del perdón público de nuestro Presidente por la casa blanca, podemos afirmar que no existe en la Constitución Federal la figura del Perdón público como facultad del Presidente de México a la Nación Mexicana, de ser así, deberían confiscar la casa blanca, desmentir a la primera dama por sus declaraciones mentirosas y respetar a la nación por el alto cargo que al serle conferido, lo ha traicionado.
SI no fue posible en el pasado sancionar a López Portillo, aunque lloró como un perro por la defensa del peso mexicano, como así lo afirmó en un momento histórico de crisis económica, cabe señalar que llorar tampoco es facultad del Presidente de México, mucho menos por defender la moneda nacional, entonces, se debería constitucionalizar cada acto presidencial, como llorar, pedir perdón, cometer errores en ceremonias, hablar mal el inglés, leer un texto al revés, etc…
Los hechos que dan veracidad a una denuncia, no son considerados sino letra muerta en nuestra Constitución, la Traición a la Patria, debe ser recatalogada en los Códigos Penales, los actos gubernamentales de traición a la patria también, así como toda la actividad penal en donde también tiene responsabilidad el Congreso de la Unión, los Diputados que traicionen la patria, hacer pues, que la ley penal se aplique materialmente y sea jurídicamente sea viable, aunque resulte complicado, aplicar penas posibles y no imposibles, como existe hasta la fecha esta situación.
¿Quién vigila al Presidente?, ¿Quién lo sanciona? ¿Se puede autoaplicar el Presidente de México la llamada transparencia y además puede pedir nuevamente perdón por sus errores en un gobierno constitucional, del cual se reconoce haber errado? Errar es de mortales, no de personas morales que gobiernan un país.
Cuando la transparencia agarró fuerza en México Vicente Fox Quezada, se le exhibió por el papel de baño de los pinos y toallas en sumas millonarias, del cual jamás pidió perdón, el pueblo se le olvidó, cometió muchísimos errores gubernamentales y el pueblo los pagó, olvidó todo y ni los medios de comunicación dijeron nada.
El tema de transparencia presidencial, debe permear en la Constitución Federal, caso contrario, de nada sirve pedir perdón si el inmueble, por ejemplo la casa blanca del Presidente, no la destinan a ser un hospital, una escuela, un centro de apoyo a las clases pobres, etc; en suma, no sirve de nada pedir perdón, si no hay un destino fiable del bien adquirido y seguimos pensando en la buena fe, que por cierto, ha dejado de existir en quien comete errores en su gobierno.