Congreso Constituyente por Marco Antonio Baños A. 

LECCIONES CONSTITUCIONALES


MARCO ANTONIO BAÑOS AVENDAÑO

 

Un Congreso Constituyente no puede ocuparse de otro asunto que el señalado en el artículo quinto del Decreto de 14 de Septiembre de 1916, que a la letra señala:

 

“Instalado el Congreso Constituyente, el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, encargado del Poder Ejecutivo de la Unión, le presentará el proyecto de Constitución reformada para que se discuta, apruebe y modifique, en la inteligencia de que en dicho proyecto se comprenderán las reformas dictadas y las que expidieren hasta que se reúna el Congreso Constituyente.”

 

Cinco días después el 19 de septiembre de 1916, aparecía de esta manera, el decreto convocatorio correspondiente, que fue sorpresivo para todo el mundo, coloca a Venustiano Carranza en nuestra historia integró nuestra nacionalidad, la primer consecuencia fue limitar el omnímodo poder que disfrutaba el encargado del Poder Ejecutivo de la Nación.

 

“Se convoca al pueblo mexicano- decía el artículo primero del mencionado decreto- a elecciones de Diputados al Congreso Constituyente, el que deberá reunirse en la Ciudad de Querétaro y quedar instalado el primero de diciembre del corriente año”.

 

En este Decreto se normaba los principios generales de las elecciones que se realizarían en forma directa, conforme a la base del Censo de Población de 1910, la división territorial de Diputados y Senadores al Congreso de la Unión en el año de 1912. Calificando el propio Congreso Constituyente, las elecciones de sus miembros y resolviendo dudas sobre ellos, sin que los Diputados pudieran ser molestados, por las opiniones que ejercieran en el ejercicio de su cargo, gozando del fuero constitucional.

 

Se establece la forma de computar el cuorum correspondiente, así como la fórmula de protesta, se habla de la “Constitución Reformada”, ya sea tratándose de presentar el proyecto correspondiente al momento de quedar instalada, que a la firma de ella al concluir las labores del Congreso; en el acto de protestar el cumplimiento “Leal y Patriotico” de la misma, cuanto al tiempo de ser publicada la Constitución.

 

Por lo que Convocar a un nuevo Congreso Constituyente para que con ese poder reformista, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos sería algo muy difícil de realizar, se tendría que convocar al Pueblo de México, en su totalidad, y no necesariamente por el órgano representativo que es el Congreso de la Unión, sino la expresión unificada del pueblo mexicano para poder cambiar nuestra Carta Magna.

 

Los valores constitucionales que nos orientan a cumplir o hacer cumplir la constitución, como es la Protesta Constitucional que los mandatarios realizan, los Presidentes de la República, los Gobernadores, los Presidentes Municipales Constitucionales, por poder el ejemplo sólo del Poder Ejecutivo, es un acto soberano, que concretiza por esta “solemnidad” un acto de poder originario en nombre del pueblo.

 

Esta “Solemnidad” que llevó a efecto protestar la Constitución ante el H. Congreso de la Unión, cual si fuere un acto de magia cuando Felipe Calderón se “aparece” prácticamente entre diputados, logra levantar la mano y realizar la breve ceremonia de toma del poder.

 

Estos actos para ser constitucionales, deben observar la Legitimidad y la Legalidad de estos actos soberanos, lo cierto es que muchos se pronuncian por un nuevo orden constitucional, otros más por reformas que sean ajustadas a la práctica democrática, otros más, por reformas constitucionales reales que respondan a nuestras necesidades sociales y económicas.

 

Lo cierto es que nuestro actual constitucionalismo es cuestionado por ser impracticable, por no ajustarse a la realidad que vivimos, por no aplicarse en todo el territorio nacional por los servidores públicos y no conocerse por el pueblo, que a pretexto de servirlo, quienes celebran actos soberanos por mandato constitucional, abusan de su autoridad corrompiendo las instituciones o robando las arcas públicas, o para desvirtuar el espíritu que la Constitución Política ha tenido en el tiempo, para hacer del pueblo el verdadero soberano del país, haciendo de lo “leal y patriótico” solamente palabras que el viento se ha llevado en nuestra actual cultura jurídica mexicana.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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