«En Defensa de la Dmocracia Universitaria»

LECCIONES CONSTITUCIONALES

MARCO ANTONIO BAÑOS AVENDAÑO


 

                 Después del proceso electoral de noviembre de 2016, la comunidad estudiantil de la emérita Facultad de Derecho de nuestra Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca, decidió que el licenciado Miguel Ángel Vásquez Ramírez, ocuparía el cargo de Director de esa Facultad por tres años consecutivos. A pesar de haber sufrido una ensordecedora ola de críticas y señalamientos en su contra, la comunidad estudiantil se volcó en las urnas y superó en la votación a sus adversarios electorales.

 

              Esto no pudo ser superado por su principal oponente, que a pesar de que se dijo que era el abanderado de la academia, no logró convencer a los votantes y lo hundieron en los resultados del proceso electoral. Y es que el maestro universitario Miguel Ángel Vásquez Ramírez, traía muchos años de trabajo desde las coordinaciones de la propia Facultad, con un gran arraigo entre los estudiantes y la comunidad universitaria, en los escasos dos días de campaña simplemente salió a pedir el voto del estudiantado, y lo logró.

 

​Pero el enemigo de la democracia es no aceptar los resultados a pesar de que nos guste la democracia, es decir, lo absurdo es que, se diga que se es demócrata mientras los resultados sean favorables, pero si no lo son, entonces hay que ver como se desconocen los resultados o se pase por encima de la voluntad popular. No se acepta que un catedrático que es carismático con los alumnos haya podido superar electoralmente a quien no lo es. Esto revela intolerancia e incapacidad para los quehaceres democráticos, la democracia tampoco debe de ser entendida como un valor insuperable o solamente para una ciudad habitada por dioses, como lo afirmara acertadamente, hace miles de años el padre de la democracia.

 

                  Esto significa que no por ser carismático o tener mayor aceptación de la comuna estudiantil se es menos o se es más. No, simplemente significa algo irrelevante para la democracia, hay otros valores más importantes como lo es el de saber reconocer los resultados adversos que el destino nos pone enfrente. Que gran lección nos hubiera dado como universitario el hecho de que el candidato perdedor haya aceptado que los resultados no le fueron favorables y le hubiera tendido la mano al ganador, pues, entonces si hubiera sido ganador por esos altos valores éticos propios de un demócrata universitario que se engrandece del dolor y de las adversidades.      

 

​El haber perdido unas elecciones, no aceptar la derrota electoral, denota escasa vocación para las instituciones democráticas y no se puede ser antiuniverstario, o se debe estar bien forjado en las aulas universitarias o mejorar el Alma mater. Ser un perdedor en la democracia, es el que hace rabietas, el que no construye, aunado a que hasta diversos personajes de un pasado oscuro, que se suman a ese dolor ajeno, desestabilizan nuestra Universidad. Y no solamente reclaman ese proceso electoral sino que traen a colación rencillas y resentimientos de antaño, que desean resarcir dividiendo a nuestra alma mater, partiéndola en pedazos a guisa de esquilmarla hasta el cansancio, como lo hicieron cuando pudieron, o como lo harán cuando se los permitan por segunda ocasión.

 

El Director Miguel Ángel Vásquez Ramírez, es el Director que eligió la comunidad estudiantil de esa Facultad de Derecho, nos puede gustar o no esta decisión, pero hay que respetarla, porque esa fue la voluntad de la comunidad estudiantil. La democracia no satisface a todos, pero deja satisfecha a cuanto menos a la mayoría. No existe hasta estos momentos algo que supere a la democracia, por eso es grave, cuando ésta no se respeta, cuando se intenta imponer la sin razón y la cobardía sobre el electorado estudiantil. Proponiendo locuras o arrebatos carentes de razón, como crear otra Facultad de Derecho, lo cual significa, que si no se impone en las urnas, entonces arrebato o divido y hago mi Facultad a pesar de que en las urnas se diga lo contrario.

 

​Hay que reconocer que a veces no se gana ganando, sino que a veces se puede hacer más por nuestra Facultad desde la Academia, si es esto lo que se persigue para insistir tanto en ocupar este cargo. Pero debe de empezarse por auto cuestionarse, si cuando se ha tenido la oportunidad de haber hecho algo digno por nuestra Facultad, no se hizo, o existen cargos de conciencia por haber saqueado, pillado o hasta robado el patrimonio universitario para engordar el nuestro, o satisfacer nuestros egos personales. A más de uno de esos disidentes pudiera decírseles sus yerros cuando pudieron haber hecho algo y no lo hicieron, aún así han éstos arrojado la piedra de la acusación a pesar de que son pecadores en contra de nuestra Universidad.

 

​Bien harían en auto examinarse y sumarse al proyecto académico que viene realizando el Director Miguel Ángel Vásquez Ramírez, quizás no sea de su agrado pero apoya la academia, es lo que cuenta. En un poco más de seis meses que lleva a cargo de esa Dirección ha demostrado talento y prudencia para encauzar a una Facultad lastimada por el proceso electoral de 2016. En próximos días vendrán diversos eventos académicos y estarán personajes académicos de talla nacional e inclusive internacional, en nuestro campus universitario. Por ejemplo, durante el mes de agosto estarán los cinco mejores amparistas de México para participar en el Seminario: “EL AMPARO PENAL Y EL SISTEMA PENAL ACUSATORIO”, el cual gracias al apoyo de la Dirección se ha logrado traer a estos amparistas para beneplácito de nuestra comunidad universitaria.          

 

​Es importante preguntarse, ¿Porque negarle la oportunidad a un joven que alcanzó la Dirección a través de un proceso electoral, con argumentos vanos y pueriles?¿No es así la democracia? Lo cierto es que el actual Director, ha abierto sus puertas a cualquier estudiante que desee estudiar en Derecho.

 

​No hay que pasar por alto que atrás de la figura del Director se encuentra un ser humano, que sufre y ríe como todos los demás, que proviene de una cultura del esfuerzo y del trabajo, que es padre de familia y a pesar de esto se le denostado injustamente, pero sobre todo que es universitario y es egresado de esta Facultad de Derecho, porque ser universitario significa algo más que ostentar un grado o haber pertenecido a una generación de licenciatura, significa ser un ser humano nutrido de valores, y en ese arcoíris de valores está la democracia, creer en la democracia es ser demócrata, ser demócrata es ser grande no solamente en la abundancia, sino también en la adversidad y el dolor.

 

 ​Hace varios años (1989) en esta Facultad de Derecho, en un proceso electoral resultó ganador por segunda ocasión, un catedrático que no había egresado de esta Facultad, venía de la universidad de Guadalajara, no obstante esto, imperó la cordura y la razón y fue Director por tres años, ya es hora de que en este siglo XXI, nos liberemos de ataduras y como buenos universitarios reconozcamos nuestras grandezas y nuestras debilidades, y reconozcamos la voluntad popular como uno de los pilares fundamentales de la democracia y como una forma de vida para alcanzar nuestra felicidad como universitarios.    

 

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