Sindicatos en México y la necesidad de auditarlos
LECCIONES CONSTITUCIONALES
MARCO ANTONIO BAÑOS AVENDAÑO
La fórmula contra la corrupción ha sido para esta Cuarta Transformación esclarecer los recursos públicos que tiene el Estado, sin embargo, hablar de transparentar los sindicatos en México, implica tener conciencia de clase trabajadora para saber el destino de los recursos que da un patrón a los trabajadores, lo que siempre redunda en el beneficio que obtienen líderes sindicales que se han envilecido con el poder sindical con el afán de perpetuarse.
Así el líder de Telmex, Javier Hernández Juárez, que con una bandera “democrático-sindical” llegó a ser líder de esta empresa multimillonaria, que poco a poco se ha ido vendiendo, hasta casi pulverizarse, traicionando por muchos años al gremio trabajador de este sindicato en México.
Podemos seguir con una lista interminable, como el ex Líder de Pemex que aparte gozaba de su cargo como Senador de la República, huachicolero de muchísimos años que enquistó en la corrupción al país y que no tienen llenadera para sus bolsillos.
Líderes sindicales que han traicionado a la clase trabajadora de México, deben ser auditados por petición de los mismos trabajadores, es sabido que la lentitud con la que trabajan los tribunales en favor de los trabajadores, llámese Juntas Federales o Estatales, llámense locales de conciliación y Arbitraje, o bien instancias de justicia laboral, NO tienen un compromiso con la clase trabajadora.
Urge limpiar a los sindicatos en el país, transparentar por ejemplo los recursos del Sindicato de Trabajadores de la Educación que dan sumas millonarias para su subsistencia y que nunca se sabe el destino de estos recursos, mal manejados por sus líderes sindicales.
Transformar a la clase trabajadora es de urgencia nacional, transparentar sindicatos para que no sean utilizados como “lavaderos” de otros negocios turbios es tarea del Estado Mexicano.
La necesidad de transparencia surge cuando los miles de trabajadores del país, no tienen prestaciones dignas, como los trabajadores de la Salud, los Médicos que sindicalizados no tienen contratos de base, sino eventuales sin gozar de los mínimos de bienestar y de seguridad social.
Ejemplos sobran, en Oaxaca, el Hospital de la Niñez está olvidado, sin medicamentos, sin pago de sistema de Ahorro para el Retiro de trabajadores sindicalizados y eventuales, sin gozar más que de las migajas de prestaciones fantasmas que derivan de nombramientos que ni son estatales ni son federales, existiendo confusión entre los agremiados a dicho sindicato sobre sus prestaciones o a lo que tienen derecho por ser trabajadores.
Limpiar los sindicatos sería una buena solución para transparentar los recursos de los patrones y saber la cantidad que destinan a cada sector laboral, sería de inicio una buena reforma laboral.
Es sabido que un Sindicato tiene la naturaleza de ser para el Estudio, Mejoramiento y Defensa de Intereses Laborales comunes, pero acorde a la Ley Federal del Trabajo, o bien la ley burocrática, ningún Sindicato realiza a cabalidad su naturaleza.
Sindicatos son los que se manifiestan en contra del alza del costo de la vida, pero no hay unicidad, no existe un regio federalismo de sindicatos que se unan en un pacto para salvar al país, por ejemplo, de los impuestos o defender la canasta básica alimentaria.
Las auditorias deben transparentar los recursos provenientes de cada patrón en el país, las condiciones de esclavitud del siglo XXI, aún son palpables en el sometimiento a la clase trabajadora mexicana.
Esclavitud es limitar los alimentos, es no dar prestaciones sindicales a quienes las merecen, es no dar derechos escalafonarios o dar recompensas a quien se las ha ganado en el servicio público, es limitar los derechos de mujeres trabajadoras o explotar niños en empresas o grandes industrias sin pagarles lo justo, o bien darles lo constitucionalmente injusto que es un salario precario que no rinde para satisfacer las necesidades de una familia en el orden social, cultural, educativo, urgente es pues, reformar la Ley laboral y las condiciones laborales de todos los trabajadores del país.
El apartado A y el apartado B del artículo 123 Constitucional deben reformarse, no se puede estar viviendo de lado del progreso, mucho menos solapando líderes que se han enquistado con sus familias, como clanes dinásticos existen en los gobiernos tiránicos o despóticos.
Ya pasamos por una Revolución Mexicana, urge transformar al país en tanto la cuarta Transformación llega para beneficio de la clase trabajadora. No se puede continuar con el paternalismo de Estado, se debe incidir en las políticas públicas gubernamentales que orientan el salario y los derechos de los trabajadores al buen desarrollo de los derechos laborales.
Las listas de raya se convirtieron en tarjetas de plástico en donde se cobra en un cajero que no tiene rostro, a cambio de productos o algún servicio que únicamente alcanza para seguir laborando en estado de esclavitud por 30 años o más sin derecho al retiro o jubilación y sin más garantías que acudir y ni siquiera eso, por una pensión paupérrima que no sirve para alimentar a una familia.
El derecho a la vivienda, a una vida digna es lejano y solamente existe en el discurso laboral de los derechos adquiridos por los trabajadores.
El sindicalismo como movimiento social no tiene fuerza en todo el país, ni fuerza de ley, ni fuerza moral de los trabajadores que quieran cambiar sus condiciones de vida, por tanto, el sindicato es la clave para agruparlos o controlarlos o manipularlos como hasta ahora, sin “conciencia de clase trabajadora”.
Finalmente, si el sindicato no se audita, de no transparentarse, de no ser fiel al pacto de esta Cuarta Transformación, se estará en la corrupción que viene lastimando y lacerando esta parte desprotegida del país que requiere fuerza y cada vez más transparencia para exterminar a líderes que se han hecho millonarios a costa de la clase trabajadora del país.